CON EL AMOR NO SE JÜEJA

Chafallada en catro cachos y al final la moraleja

CACHO I

Dentada está en el corral
xa vai pola media hora
contada pola hora antigua
(duas horas pola nova)
Lolita la cenicienta
tan bonita que da gloria,
fiando, fia que fia,
chorando, chora que chora
chorando está su desgracia
chorando su mala cosa
y botando alguns pecados,
aunque casi non se notan,
porque Purina que tiene
la cabeza a javiotas
cree que el príncepe está
por ella como una chota.
Pero el príncepe a quen quiere
es a su hermanastra Lola,
que está menos aquellada
pero es moito mais preciosa;
y por eso la degaron,
que son unas envidiosas,
pelando en casa patacas,
botando os porcos as mondas,
lavando a roupa de Pura
y frejándoles la loza,
que es lo que más lle festidia
porque lle pica la sosa.
Mentras a madrastra y Pura
con detrimento de ropas
bailando están rijodones,
rijodones dos de ahora,
Lotita está sola en casa,
¡con Jo bien que rijodona!.

¡Qué lástima de fouciño
pra afilarlles a cachola!

CACHO II

De pronto, los anguelitos
que baixaban a aquela hora
ó ver chorar a Lolita
diguéronse pola boca:
-«¿qué lle pasará a esta niña?
¿qué lle picará a esta Lola
que chora coarenta días
y coarenta noites chora?
dendesde que está chorando
xa hay un río en esta zona
que leva dous afluyentes
e vai á ría de Noia
por eso el mar es salada,
no porque tenga sal gorda.
Lolita que tal oyó
díxolles de aquesta forma:

Choro porque me da a gana,
quen quere chorar, pois chora.

Es que te picó el formigo
o es que eres un cuentagotas?

Anguelitos, compasión,
piedad pra la probe Lola
que todos furon bailar
y quedouse en casa sola.
Deixáronme aquí gindada
eso que ninguna moza,
megorando a los presentes,
houbo nunca mais hermosa.
Douile pena ós anguelitos
palabras tan modestosas
y el más cativo de todos
lle espetó asi como sona:

Lo que quieras, princepita,
pídelo por esa boca,

Yo quiero muchos vestidos,
muchos zapatos de moda.

¿Qué número gastas tú
en zapatos de señora?

El trintaicuatro me aprieta
y el trintaicinco me sobra.

Pois entonces, princepita,
hay que metelos na horma.
y si quieres algo m s
que no te dé la vergonza.

Yo ya no quiero mais nada
porque a mi todo me sobra
si tengo al príncepe amado
y sí mi madrastra afoga.

CACHO III

De contado aparecieron
sus gustos nunha carroza
porque viñan fauturados
en velocidad grandiosa,
Ela se vistió enseguida
y jalopa que jalopa
chegó muy pronto al palacio
y se metió pola porta
con tanto apresuramiento
que hasta rachó algo la cola.
Los convidados bebían
mais que en la guerra de Troya
licor de café con leche
y agarraran una sopa
que les privaba del güicio
y no de la ajomitona.
Y la música de Merza
se estaba afilando as notas:
¡ay que bien concertuaba
aquel de la pianola,
sí hasta parece mentira
que las manos berren solas!

El príncepe al verla entrar,
como era buena presona,
acercándose le dijo
como quien no quier la cosa:

Tú chegas desfallecida,
que te hagan alguna cosa.
¿qué te sirven mis lacayos?

Que me traigan por agora
duas cuncas de caldo quente
arremetidas con borona,
Y como tiña mais fame
que un búfalo en Terranova
las comió tan deseguida
que parecía una glotona,
Doce veces recuncó,
arremejió doce bolas,
hasta que el príncepe dijo:

Mira niña que tú estoupas
y ahora eres tú mi guardín,
que me gustas mais que as outras,
que no tienes malos fentos
ni ortigas ni silvas moras. La madrastra que tal oye
se pone como una loca
y se ginda por los suelos
y de los suelos rebota
y se mesa los cabellos
por no mesarse otra cosa.
La escena que allí se arma
parece un cuadro de Goya. El príncepe entonces dice:

Si te incomodas, apoucha,
que yo quiero a Doloritas
y no me gustas por sogra.
¡Convidados de mi corte
a apiantarla con la escoba!
que ya me pica el ombligo
de aguantarle tanta historia.
Y chamó polos criados
y la encerró na falcona. Y luego los convidados,
con el príncepe y su moza
jugaron toda la noite
a la brisca y a la escoba,
mentras o mayor dos domos
berrando estaba esta copla:

«Non triunfan oros ni espadas
nin triunfan bastos nin copas
lo que triunfa es el amor
del príncepe y más de Lola».

CACHO IV

Casáronse en primavera
por la Iglesia y el guzgado,
tuvieron una niñera,
y después otra niñera,
y después otra niñera,
y después otra niñera,
y después otra niñera,
y colorín colorado.

MORALEJA

A que en coiros mona fue
mais que mona non será
anque vista de crepé.
Truque, mastruque, pie,
paso de bola y guá.

Outras Novas